Prueba cutánea de PPD

Definición

La prueba cutánea de PPD, sigla en inglés de derivado proteico purificado, es un método utilizado para el diagnóstico de la tuberculosis (TB).

Nombres alternativos

Derivado proteico purificado estándar; Prueba cutánea de TB; Prueba cutánea con tuberculina; Prueba de Mantoux

Forma en que se realiza el examen

Se limpia el sitio (usualmente el antebrazo) con alcohol de fricción. Luego, se inyecta el extracto de PPD debajo de la capa cutánea superior, provocando la formación de una roncha en la piel, la cual por lo regular desaparece en unas pocas horas.

La reacción tardará de 48 a 72 horas en aparecer y usted debe volver al médico en este lapso para realizarse una revisión del área. Este chequeo determinará si ha tenido una reacción significativa a la prueba de PPD. La reacción se mide en milímetros de hinchazón firme (induración), no enrojecimiento, en el sitio de la infección.

Preparación para el examen

No hay una preparación especial para esta prueba.

Coméntele al médico si alguna vez ha tenido una prueba cutánea de PPD positiva. De ser así, ésta no se debe repetir, excepto bajo circunstancias inusuales.

Igualmente infórmele al médico si tiene una afección médica o si toma ciertos fármacos, como esteroides, que pueden afectar su sistema inmunitario. Estas situaciones pueden llevar a que se presenten resultados imprecisos en la prueba.

Lo que se siente durante el examen

Se sentirá una picazón leve a medida que se inserta la aguja justo debajo de la superficie de la piel.

Razones por las que se realiza el examen

La prueba de PPD se realiza para averiguar si uno ha estado infectado con Mycobacterium tuberculosis, las bacterias que causan la TB.

Valores normales

Una reacción negativa (ausencia de induración) o un tamaño de inflamación dura que esté por debajo del umbral para cada grupo en riesgo pueden significar que usted no ha sido infectado con la bacteria que causa la tuberculosis. Existen umbrales diferentes para niños, personas con VIH y otros grupos de riesgo.

Ésta no es una prueba perfecta y es posible que hasta el 20% de las personas infectadas con la bacteria que causa la tuberculosis no tengan una reacción en la prueba cutánea de PPD. Además, algunos padecimientos que afectan el sistema inmunitario (cáncer, quimioterapia reciente, SIDA en etapa terminal) pueden provocar un resultado falso negativo en la prueba.

Significado de los resultados anormales

Los resultados de la prueba dependen del tamaño de la reacción en la piel y de la persona que se está examinando.

Una pequeña reacción (5 mm de hinchazón firme en el sitio) se considera positiva en personas que:

Las reacciones más grandes (superiores o iguales a 10 mm) se consideran positivas en:

En personas que no tienen riesgos conocidos para tuberculosis, 15 mm o más de hinchazón firme en el sitio son indicios de una reacción positiva.

Cuáles son los riesgos

Existe un riesgo muy pequeño de enrojecimiento e inflamación severos del brazo en personas que se han sometido previamente una prueba de PPD que arrojó un resultado positivo y quienes se someten a la prueba de nuevo. También se han presentado unos cuantos casos de esta reacción en personas que no habían sido evaluadas antes.

Consideraciones especiales

Una prueba cutánea positiva no necesariamente significa que una persona tenga tuberculosis activa. Se tienen que hacer más exámenes para verificar si hay enfermedad activa.

Muchas personas que nacieron fuera de los Estados Unidos pueden haber recibido una vacuna llamada vacuna "BCG" (vacuna antituberculosa), que puede llevar a un resultado falso positivo en la prueba. Sin embargo, la mayoría de los expertos dice que una vacunación pasada con BCG no debe cambiar el resultado de la prueba de PPD cuando ésta se hace en personas con un mayor riesgo de enfermedad o infección por tuberculosis.

Referencias

Fitzgerald DW, Sterling TR, Haas DW. Mycobacterium tuberculosis. In: Mandell GL, Bennett JE, Dolan R, eds. Mandell, Douglas, and Bennett's Principles and Practice of Infectious Diseases. 7th ed. Orlando, FL: Saunders Elsevier;2009:chap 250.

Iseman MD. Tuberculosis. In: Goldman L, Ausiello D, eds. Cecil Medicine. 23rd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007:chap 345.

Ellner JJ. Tuberculosis. In: Goldman L, Schafer AI, eds.Cecil Medicine. 24th ed. Philadelphia, PA: Saunders Elsevier; 2011:chap 332.


Actualizado: 12/6/2011
Versión en inglés revisada por: David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine; and Jatin M. Vyas, PhD, MD, Instructor in Medicine, Harvard Medical School, Assistant in Medicine, Division of Infectious Disease, Massachusetts General Hospital. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
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